Hace más de 20 años, Antonio Poblador dio con un enfoque diferente y más práctico para podar sus almendros del Bajo Aragón, una zona conocida por las fuertes rachas de viento. Lo llamó “Poda Aragonesa”. Hoy, junto a su hijo Roberto, Antonio se encarga de divulgar esta técnica que promete más producción, menos cortes y árboles resistentes al viento.
Un sistema pensado para el viento y la rentabilidad
La Poda Aragonesa, también conocida como Poda 4.0., no elimina las ramas centrales como se hace en la poda tradicional. Se busca un árbol más compacto, con ramas más productivas y una copa estable que resista mejor a las rachas de viento.
El resultado es un árbol que absorbe mejor la luz del sol, una mayor sanidad vegetal y una recolección más fácil. Además, esta técnica permite que un solo agricultor gestione más hectáreas con menos trabajo, reduciendo costes de mano de obra. Como explica Antonio, “un buen diseño de poda, combinado con herramientas mecanizadas, puede marcar la diferencia entre un cultivo viable y otro que no lo es”.
La mecanización, el corazón del sistema
La Poda Aragonesa no se entiende sin una buena maquinaria. Tanto Antonio como Roberto llevan años trabajando con podadoras de ID David. Un ejemplo es la despuntadora tipo L, que en setos permite hacer el trabajo en dos pasadas en vez de cuatro.
Además, la elección de la herramienta depende de la época: en verano, tijera para cortes tiernos; en invierno, diente de sierra para ramas gruesas. Así, la poda se adapta a cada parcela, al clima y al tipo de plantación.
Cada finca, un plan distinto
No hay una receta única. La inclinación de las ramas, la entrada de luz y el calendario de cortes cambian según el terreno y el clima. Esto hace que la técnica se pueda aplicar tanto en cultivos intensivos como en seto, siempre con el objetivo de maximizar producción y minimizar costes.
Para Roberto, la Poda Aragonesa ya es el presente del almendro intensivo. “En cinco años, quien no trabaje así estará fuera de mercado”, afirma. Con más eficiencia, menor gasto y mejores cosechas, este sistema se posiciona como una herramienta clave para seguir siendo competitivo en el cultivo de frutos secos.